En la industria del mecanizado, incluso los detalles más mínimos son importantes. Nadie quiere piezas mal terminadas, bordes irregulares o tener que repetir el mismo proceso varias veces.
En este sentido, los anillos de achaflanado se han convertido en una solución imprescindible para ajustar la ubicación de la broca y definir el tamaño del chaflán, consiguiendo acabados impecables.
Un anillo de achaflanado es un accesorio diseñado para acoplarse a ciertas brocas y permitir un mecanizado más preciso y uniforme. Dicho de otro modo, se encarga de crear ese bisel en el borde de un agujero, eliminando las aristas vivas, facilitando el montaje de las piezas y mejorando la seguridad en el uso final. Resultado: más productividad, menos cambio de herramienta y menos tiempos muertos.
Los anillos de achaflanado ofrecen las siguientes ventajas:
● Mayor productividad: combina perforación y achaflanado en una misma operación.
● Ahorro de costes: menos herramientas, menos paradas de máquina y menos tiempo de ciclo.
● Acabados más precisos: el ajuste de altura permite controlar el tamaño exacto del chaflán.
● Versatilidad: podemos cambiar el anillo de una broca a otra siempre que sean compatibles.
Aunque podríamos pensar que se limitan a talleres grandes, en realidad los anillos de achaflanado pueden usarse en cualquier entorno donde se trabaje con metal, desde pequeñas carpinterías metálicas hasta la industria automotriz o aeroespacial. Especialmente útiles en líneas de producción con tareas muy repetitivas y protocolos muy estrictos.
Por ejemplo, la fabricación de piezas que requieren tornillería avellanada, donde el chaflán es esencial para garantizar que el tornillo quede perfectamente embutido en la superficie sin sobresalir.
Así pues, si necesitas mejorar tiempos, acabados y productividad, los anillos de achaflanado son una de las inversiones más inteligentes en cualquier taller.





