La destinataria de esta frase es Sieglinde Vollmer, quien fue nombrada el 24 de octubre de 2022 ciudadana honoraria de la ciudad de Biberach an der Riß. El alcalde de Biberach, Norbert Zeidler, le hizo entrega del diploma honorífico por sus méritos como empresaria y ciudadana comprometida. A sus 97 años, Sieglinde Vollmer ha moldeado a lo largo de muchos años el destino del experto en afilado Vollmer y forma parte aún hoy del consejo de administración del Grupo Vollmer, además de ejercer como directora de la Fundación Sieglinde-Vollmer. Esta fundación ofrece su apoyo, entre otros, a organizaciones benéficas y caritativas de Biberach.
«Querida señora Vollmer, consagró su vida a la empresa Vollmer y con su Fundación regala también los frutos del éxito futuro de Vollmer a sus empleados, a nuestra ciudad y a sus habitantes —afirmó el alcalde de Biberach, Norbert Zeidler—. Me complace enormemente entregarle el más alto reconocimiento de un municipio: la ciudadanía honoraria. Por primera vez en 100 años, la corporación municipal rinde homenaje de nuevo a una extraordinaria mujer por su excepcional trayectoria y sus logros en Biberach».
Espíritu empresarial desde la cuna
Sieglinde Vollmer nació en 1924 en Biberach y continua siendo hoy integrante del consejo de administración del Grupo Vollmer y curadora de la Fundación que lleva su nombre, Sieglinde-Vollmer. Tras Elisabeth Hecht en 1919, se trata de la segunda mujer entre un total de 31 ciudadanos y ciudadanas honorarios que recibe el derecho de ciudadana honoraria de la ciudad de Biberach.
El espíritu empresarial ha acompañado a Sieglinde Vollmer desde la cuna, puesto que fue su padre Heinrich Vollmer quien fundó la empresa Vollmer Werke en 1909. La empresa de ingeniería mecánica de Biberach cuenta actualmente con más de 800 empleados en todo el mundo y fabrica máquinas de afilado, erosión y láser que permiten afilar sierras circulares o herramientas rotativas como brocas y fresas. Sieglinde Vollmer, conocida en Biberach afectuosamente como Fräulein Vollmer, asumió en 1964 la gerencia de la empresa junto con su hermano Udo Vollmer. Cuando su hermano abandonó la empresa en 1987, ella asumió la responsabilidad como única directora general.
«Sieglinde Vollmer lleva siendo hasta ahora la figura emblemática de la empresa Vollmer. Ha sobresalido durante más de tres décadas en este entorno tan masculino entre sus cogerentes y en la industria de maquinaria, sin ser técnica, ni inventora, ni economista», afirmó en su discurso Peter Schneider, presidente de Sparkasse de Baden-Wurtemberg y antiguo jefe del distrito de Biberach.
Una ciudadana de Biberach de gran corazón e inteligencia
Además de su compromiso empresarial, Sieglinde Vollmer contribuyó también al bienestar de la ciudad de Biberach con su compromiso social y cultural. Gracias a la Fundación Sieglinde Vollmer creada en 2013, no solo está asegurado el futuro del Grupo Vollmer a largo plazo, sino que se fomentan también proyectos sociales y culturales. El objetivo de la fundación es la promoción y el apoyo de organizaciones benéficas y caritativas de Biberach, especialmente de organizaciones de los ámbitos del arte, la cultura, el deporte y las tradiciones locales. A esto se le añade el fomento de la formación artística y profesional de jóvenes y en el ámbito de los estudios de ingeniería y economía.
En el año 2019, la ciudad de Biberach adquirió el lienzo «El visitante de la exposición» (Der Ausstellungsbesucher) del artista de Biberach Jakob Bräckle para el museo municipal con el apoyo de la Fundación. Gracias a la Fundación Sieglinde Vollmer, la escuela de música de Biberach adquirió instrumentos que se emplearon también en la entrega de la ciudadanía honoraria. Para fomentar la formación de jóvenes, se convoca cada dos años el Premio Sieglinde Vollmer. Este galardón se otorga a jóvenes que se comprometen de forma especial en proyectos extraescolares MINT, es decir, de los ámbitos de matemáticas, informática, ciencias naturales y tecnología.
«Estoy muy contenta de recibir la ciudadanía honoraria de la ciudad de Biberach. Es un gran honor no solo para mí, sino también para todas las personas que trabajan en Vollmer y que se sienten vinculadas a nuestra empresa familiar —comenta Sieglinde Vollmer—. Mi deseo es que, a lo largo de las próximas generaciones, se conserven en Vollmer la capacidad innovadora y las visiones de mi padre y, por supuesto, que yo también pueda disfrutar aún durante mucho tiempo de los derechos de ciudadana honoraria de la ciudad de Biberach».
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